Buscan regularizar una metodología de trabajo para mayor seguridad y no crear deterioro en las veredas.
El arbolado público fue un inconveniente que afectó la estética de la ciudad de Miramar durante varios años. A pesar que cumplen una función de oxigenación imprescindible en la vida cotidiana, la mala elección de especies en muchos casos compartida entre vecinos y políticos que lo permitieron, causó importantes daños no sólo en las veredas por el desarrollo de las raíces sino también en los diferentes cableados aéreos.
Ante esta situación se buscó empezar a darle una corte definitivo, mediante la creación de una serie de lineamientos volcados en un plan regulador, que a su vez dio lugar a un informe final y la posterior elaboración de dos ordenanzas, 120 (deroga las medidas anteriores) y 121/08 (aspectos reglamentarios y construcción).
“Hace un año y medio venimos trabajando en este tema. Anteriormente para extraer una especie, el solicitante debía enviar una nota para luego hacer un expediente donde interviniera dirección forestal y también Obras Públicas, mediante un cuadro de situación e informe técnico para después bajarlo al concejo deliberante. Con esta nueva metodología de trabajo los pasos son más rápidos donde tomaremos la decisión más recomendable”, dijo el secretario de Producción y Empleo, Ricardo De Ronde.
Recorriendo la ciudad se pueden apreciar que no existe una uniformidad en cuanto al criterio del arbolado público. “Hay casos hasta donde se plantaron olmos que son para la cobertura de campos o estancias, no para la zona urbana. Además de reemplazarlo por otro, debemos tener en cuenta el deterioro de las veredas, son gastos que podrían haberse evitado, pero ahora estamos avocados a solucionar los inconvenientes”, agregó.
Por otra parte se supo que según la amplitud del sector, en las mencionadas ordenanzas están especificadas las especies que pueden ser colocadas. “La mayoría de las veredas de Miramar tiene 4,60 metros de ancho, pero hay casos de 3,5 donde se recomienda plantar Ligustro disciplinado y la Acacia de Constantinopla, especie esta última que también puede colocarse en espacios de hasta 5,5 metros junto con el Abedul o la Judea. La Catalpa, es una de las que se adaptan mejor en los lugares de mayor amplitud”, declaró el flamante director Forestal del municipio, Gabriel Oliver.
“Pedimos a la población que colabore, hubo muchos años de anarquía por decirlo de alguna manera – se plantaron especies no recomendadas -. El árbol además de su función fundamental en un ecosistema, deben ayudar a la seguridad pública y embellecer la ciudad. Cuando un vecino solicite una extracción le daremos el listado de podadores habilitados”, concluyó De Ronde.
Nos interesan tus comentarios