La cuarta edición de la Bienal Internacional de Arte de Miramar atraviesa sus últimos días y los artistas hacen los últimos retoques a las obras.
Con el sol como compañero, los artistas locales y de distintas latitudes que participan en la Bienal Internacional de Arte pudieron disfrutar de jornadas únicas en las que avanzaron rápidamente en la concreción de sus trabajos. Desde su comienzo, el viernes pasado, se llevan adelante unos 10 murales en paredes linderas de las viviendas que se encuentran junto al parque de la Bienal, como así también se desarrolla un mural de 70 metros cuadrados sobre la pared del Anfiteatro "José Hernández", la más grande hasta el momento. A esto se sumarán dos trabajos sobre la edificación de un refugio recreativo de jubilados, ubicado en las inmediaciones.
Los murales se construyen bajo diferentes técnicas, destacándose el mosaiquismo, tarea que demanda un importante esfuerzo y el respeto a un arte que permite contar con obras impactantes y que en muchas oportunidades le dan una segunda oportunidad a cerámicos, platos, tazas y demás piezas en desuso. Es así que muchos vecinos colaboraron con materiales que tenían en sus casas y de esta manera se suman a una obra que será parte de la ciudad y permitirá a los artistas poder transmitir su mensaje.
También debemos destacar que se lleva adelante la intervención sobre una escultura de la M Familia, similar a la ubicada en calle 21 y costanera. Esta propuesta, se vincula con la idea original de la diseñadora Fátima Maida quien al desarrollar el isologo que identifica a Miramar propuso este tipo de experiencias. En esta oportunidad, la obra finalizada será emplazada en el Paseo Punta Hermengo, específicamente en el ingreso al Vivero por la costa.
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